La capacidad curiosa e inventiva del ser humano siempre ha generado un flujo constante de ideas nuevas. Pero, del mismo modo, siempre ha habido detrás del progreso de esas mentes creativas, alguien agazapado esperando un descuido para apropiarse del mérito o beneficio de su trabajo.
Si nos remitimos a algunos de los inventos más célebres que han pasado a la posteridad, nos viene a la cabeza Thomas Alva Edison, Alexandre Graham Bell y Glugliemo Marconi, tres de los creadores de invenciones que a día de hoy siguen vigentes: la bombilla eléctrica, el teléfono y la radio. La polémica surge al cuestionar si ellos fueron los creadores de dichos avances históricos o se aprovecharon de otros que no concretaron aspectos cruciales en la propiedad de la patente. El resultado fue que a la postre se llevaron el mérito, el hueco en el olimpo científico y, a veces, la explotación económica.
Sea cual sea la verdad, el hurto de ideas es un peligro constante que acecha y preocupa a inventores, desarrolladores de ideas y empresas que trabajan arduamente para innovar. Por eso, la existencia de una patente cobra gran relevancia como escudo protector para evitar sorpresas.
¿Qué es una patente?
Se tiene constancia de la existencia oficial de las patentes desde mediados del siglo XV y surgieron en Venecia, donde se emitió un decreto que señalaba que todos los artefactos de nueva creación o innovadores, debían comunicarse a la República para poder ser registrados con el propósito de protegerlos legalmente ante posibles expoliadores y durante un periodo de 10 años. Así es como esta ordenanza sentó el precedente del sistema de patentes de hoy en día.
Para entrar en materia de las patentes es importante conocer primero su significado. Actualmente una patente se define como un certificado de propiedad intelectual que se concede a una invención nueva. Esto le otorga el derecho de ser utilizada exclusivamente por su titular o autor, ya sea con fines comerciales o en productos fabricados a partir de ella, y por un periodo de tiempo determinado (20 años). Esta a su vez puede tener circunscripción a nivel nacional, europeo o mundial (PCT), según se gestione el trámite que delimite el alcance territorial de su validez y la caducidad de la misma.
Cuando una invención recibe los derechos exclusivos que le confiere una patente, el inventor está obligado a compartir en detalle la información técnica referente a dicho invento, que no podrá ser fabricado, utilizado o reproducido por terceros sin autorización del titular durante el tiempo que perdure la validez de la patente. Por tanto, las invenciones patentadas son susceptibles de ser utilizadas una vez finalizado este periodo.
¿Por qué solemos ver la abreviatura I+D al referirse a patentes?
La expresión I+D se refiere a Investigación y Desarrollo orientados al campo de la ciencia, la tecnología y la sociedad. Cuando hallamos el concepto I+D+i, este último añadido se refiere a Innovación. Por ende, las patentes son el resultado de estos procesos conjuntos.
¿Qué tipos de invenciones pueden requerir una patente?
Esto engloba todas aquellas propuestas de innovaciones tecnológicas y científicas que desempeñan un papel primordial en la mejora o desarrollo de la vida cotidiana y que además sean susceptibles de aplicación industrial.
Pongamos un ejemplo: una patente se aplica comúnmente a fórmulas de medicamentos para los que esos derechos de Propiedad Industrial son de suma importancia para el sector farmacéutico, pues la exclusividad de un nuevo fármaco les garantiza la recuperación de recursos destinados a las investigaciones precedentes.
En lo referente al campo tecnológico sucede lo mismo con la creación de nuevo ‘software’ o con las ‘startups’, tan mencionadas actualmente, que desarrollan productos y servicios con un fuerte componente de innovación tecnológica con el fin de alimentar la demanda constante de nuevos inventos en esta generación digital.
¿Por qué son necesarios los servicios de un traductor para traducir una patente?
Como ya hemos subrayado anteriormente, las patentes pueden presentarse a nivel nacional, europeo o PCT (Tratado de Cooperación en materia de Patentes).
Cabe resaltar que, una vez presentada la solicitud de patente a nivel nacional, el interesado también puede extender el derecho de la patente a nivel internacional, y para hacer la presentación de dicha solicitud se requiere que toda la información sea debidamente traducida a un idioma distinto del original, y como plazo tiene 12 meses desde que se hizo la primera solicitud para ejercer la Propiedad Industrial en otros países. Si lo hace en el marco de Unión Europea deberá traducirlo a uno de los tres idiomas oficiales de la Oficina Europea de Patentes que son: inglés, francés y alemán.
La OMPI es la organización que se encarga de administrar los tratados jurídicos, así como las normas en el marco de patentes. Entre estos tratados encontramos: el Convenio de París, que es el primer acuerdo internacional pertinente a los derechos de Propiedad Industrial, y el PCT, el tratado internacional mediante el que se permite la presentación de una invención individual para la obtención de patente que otorgue protección simultánea en otros países. Este tratado involucra hasta a 153 países.
Los documentos que acompañan la solicitud de una patente son extensos y cargados de tecnicismos, de modo que exigen un dominio del vocabulario específico que solo puede abordar un traductor profesional, instruido en esta materia.
Errores en la traducción de una patente
Llevar a cabo una traducción de patente deficiente o errónea podría generar un efecto dominó que ocasione grandes pérdidas económicas.
Tener la capacidad de hacer la traducción de una patente exige conocimientos lingüísticos en materia técnica, así como un dominio importante de la terminología tecnológica, farmacéutica, científica, etc., según el tema que aborde la propia patente.
Sumado a lo anterior, al tratarse de documentos susceptibles de ser tramitados en otros países, es de vital importancia llevar a cabo una traducción que no dé lugar a equívocos. Tengamos siempre presente que podrían comprometer la lógica de los argumentos para su aprobación y su protección jurídica.
Importancia de un servicio de traducción de patentes profesional
Como podemos intuir ya tras esta lectura, el ritmo vertiginoso que requiere la presentación de nuevos inventos para obtener las respectivas patentes, hacen que nuestro trabajo como traductores se realice constantemente a contrarreloj.
En un mundo que avanza a pasos agigantados, la carrera por encontrar nuevos fármacos, programas informáticos, avances científicos y tecnológicos en general, se vuelve trepidante y los traductores tenemos que subirnos a ese frenético galope. Pero en nuestro sector no basta la rapidez, hay que ser muy profesionales y minuciosos en la ejecución de nuestro trabajo en el campo de las patentes, pues del buen hacer de nuestra labor, dependen los resultados.
Consúltanos para el servicio de traducción de patentes.